La avulsión dental es la salida de su alvéolo de un diente íntegro por causa de un traumatismo. Saber actuar correcta y rápidamente, puede conseguir que el niño recupere de nuevo su diente, por lo que es muy interesante que padres y profesores conozcan el protocolo de actuación a seguir ante esas circunstancias.
Una vez atendido el niño, es fundamental recuperar el diente, que se cogerá por la corona, nunca por la raíz. Si el diente se ha llenado detierra, lo lavaremos debajo de un chorro de agua fría, un máximo de diez segundos.
Si fuera posible, el diente debe ser reinsertado en su lugar, haciendo morder al niño una gasa o un pañuelo para que lo mantenga en su posición hasta llegar al dentista. Si esto no es posible, lo mantendremos en un medio adecuado. El suero, la leche o el té verde son buenos medios, pero si no se pueden conseguir, la saliva también lo es, por lo que en último caso puede llevarlo el padre o la madre centro de su propia boca si fuera necesario. Nunca se debe llevar en agua, pues una solución hipotónica respecto al medio del diente.
El pronóstico dependerá de lo anterior y del tiempo que pase hasta que se reimplante. El éxito es del 100% cuando no han pasado más de cinco minutos y continúa siendo bueno durante la primera hora.
El dentista reinsertará el diente, si no se ha hecho ya, y lo fijará mediante un sistema de ferulización, prescribiendo la vacuna antitetánica, si el niño no estuviera protegido, analgésicos y antiinflamatorios, antibióticos y colutorios antisépticos. El niño debe seguir una dieta blanda y cepillarse suavemente los dientes con cepillos blandos especiales.
De siete a diez días después se retira la ferulización, si no hay fractura ósea, en cuyo caso la mantendrá entre cuatro y ocho semanas. Si el diente es joven se observa si conserva la vitalidad. En caso contrario se comienza con un tratamiento de conductos (endodoncia).
Posteriormente se establecerán una serie de controles a los tres y seis meses y anual hasta el quinto año.
Si fuera posible, el diente debe ser reinsertado en su lugar, haciendo morder al niño una gasa o un pañuelo para que lo mantenga en su posición hasta llegar al dentista. Si esto no es posible, lo mantendremos en un medio adecuado. El suero, la leche o el té verde son buenos medios, pero si no se pueden conseguir, la saliva también lo es, por lo que en último caso puede llevarlo el padre o la madre centro de su propia boca si fuera necesario. Nunca se debe llevar en agua, pues una solución hipotónica respecto al medio del diente.
El pronóstico dependerá de lo anterior y del tiempo que pase hasta que se reimplante. El éxito es del 100% cuando no han pasado más de cinco minutos y continúa siendo bueno durante la primera hora.
El dentista reinsertará el diente, si no se ha hecho ya, y lo fijará mediante un sistema de ferulización, prescribiendo la vacuna antitetánica, si el niño no estuviera protegido, analgésicos y antiinflamatorios, antibióticos y colutorios antisépticos. El niño debe seguir una dieta blanda y cepillarse suavemente los dientes con cepillos blandos especiales.
De siete a diez días después se retira la ferulización, si no hay fractura ósea, en cuyo caso la mantendrá entre cuatro y ocho semanas. Si el diente es joven se observa si conserva la vitalidad. En caso contrario se comienza con un tratamiento de conductos (endodoncia).
Posteriormente se establecerán una serie de controles a los tres y seis meses y anual hasta el quinto año.
